miércoles, 22 de junio de 2011

"...She’s the only one makes me search myself..."

http://www.youtube.com/watch?v=WC34WHhVLXQ

Nunca me han gustado las listas de “Top 10” o 100 o las q sean, ni decir que tal grupo o cantante es el mejor. Sencillamente por la idea de que además de ser algo extremadamente subjetivo y no hay que condicionar nuestros gustos a los de los demás, resulta que la música no es al final más que una cadena de influencias. Ahí teníamos a Muse con su inspiración en los clásicos del romanticismo, o Arcade Fire con Neil Young o Bob Dylan. Para mí el mejor no existe porque todavía hay mucho de lo que aprender del pasado y mejorar en el futuro.

No obstante, es evidente que todos tenemos a ese grupo o cantante “especial”, ése que destaca sobre todos los demás. Y eso no lo determina el primer puesto en una lista, sino lo que sientes cuando los escuchas, que es mucho más de lo que otros consiguen, o te hacen sentir de una forma diferente. Aquellos que no te importa que cambien de estilo, o puedan utilizar un ritmo “parecido a”. Para mí son Red Hot Chili Peppers.

Es cierto que (a la espera de que publiquen el próximo I’m with you) no generan los mismos ritmos funk o punk de sus inicios, y desde hace tiempo se intuye una etapa personal mucho más madura y tranquila que por supuesto influye en sus composiciones. Señores, esta gente lleva más de 20 años en la palestra, es lógico que si la música es la expresión de tu alma, ésta evolucione con el discurrir del tiempo y el Sr. Kiedis no componga lo mismo a sus maduros y experimentados 40 que a los alucinógenos 20. A mí sinceramente me gusta notar ese cambio, y puede que haya un álbum que me guste más que otro, pero la realidad es que cada uno se corresponde con una etapa de mi vida y no por ello es mejor o peor.

Creo que todos los momentos clave que tenemos en nuestras vidas y nos marcan a nivel personal, aquellos que hacen que seamos lo que ahora somos, se corresponden con canciones de ese alguien especial en mayor medida. Y no es que lo busques intencionadamente, simplemente, no sabes cómo, pero siempre acaban ahí sonando. Quizá la respuesta es sencillamente que forman parte de ti. Que naciste escuchándolos, lloraste en situaciones complicadas, reíste, te enamoraste, te los regalaron…los regalaste. Como símbolo de tu persona. Como si fueses capaz de introducir todo lo que eres en un puñado de canciones empaquetadas en un plástico y decir “Toma, esto es lo que soy”. Tuve la oportunidad de recibir muy joven un regalo de esas características en forma de CD, Blood Sugar Sex Magik, y más tarde, cuando encontré la persona que sabía que lo valoraría, de ser yo quien regalaba con By the way y Stadium Arcadium. No quise quedarme solo con lo que se siente cuando recibes algo así (que ya es grande de por sí), sino también cuando eres tú quien lo da y lo único equiparable a ese sentimiento de entrega, sea la certeza del que recibe de que tiene algo tan importante entre sus manos.

En mi afán de fechas y recordatorios del pasado, hoy hace 4 años que tuve la ocasión de verlos en directo por primera vez, con una mano en el costado, durante 1 hora (alguien tiró un katxi de kalimotxo a Frusciante y dieron por terminado el concierto).

1 comentario:

  1. Bueno, esa persona que lo recibe, lo agradece y se va contigo al concierto :P jeje
    A mí si me tiran un cachi encima, si es vino malo, también me sentaría mal...

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