jueves, 16 de junio de 2011

KNIGHTS OF CYDONIA



Hoy hace exactamente un año que vi por primera vez a Muse en concierto. Con el cielo igual de nublado que ha amanecido hoy, cogí un tren a Madrid a lo que sería el espectáculo más grandioso que he vivido hasta ahora. Una puesta en escena apabullante, escenografía y set-list impecable; todo era un conjunto bien ensamblado.

                   Muse sorprende, y mucho, en directo. Si el álbum te deja con la boca abierta, el directo te desgarra por dentro. Descubres que Bellamy no es solo un alma de composición clásica multiinstrumentista… es que además, las cuerdas vocales de este hombre deben estar bañadas en algún tipo de metal.

                   Knights of Cydonia fue el cierre del concierto tras una larga lista de éxitos pertenecientes a toda su carrera discográfica. Pero menudo final. Es una canción que, melódicamente, tiene un cierto gusto a “spaguetti western”, y así lo hicieron ver tanto en la ambientación del videoclip como en las actuaciones en directo. Y es que de repente, lo único que oyes es una armónica entonando el “The man with the harmonica” de Ennio Morricone, ensamblándose poco a poco con el potente guitarreo y ritmos de percusión de la propia canción. Para rematar, sublime el falsetto de Matt,  muchísimo más alto y claro que la versión de estudio, capaz de ponerte literalmente los pelos de punta.

                   Cosas del directo, que pasan desapercibidas en tu MP3 y por lo que merece la pena pagar la entrada. No obstante, escucharlo a solas en tu habitación tampoco pierde su magia. Que las letras de Muse contienen mensajes de crítica a la sociedad actual, especialmente hacia los políticos, no es ningún secreto. Pero es que si te concentras también en el sonido de esta canción, lo cierto es que no es sino una “moderna” canción protesta (y digo moderna en alusión a la sintetización del sonido). Acordes simples, letras comprometidas.

                   Mi anclaje esta vez me lleva a años no vividos, pero mantenidos fotográficamente, y de repente puedo verme en la plaza del pueblo en plenos años 60, activismo antifranquista. Guitarra y micrófono en mano, rodeado de una juventud emergente que pide un cambio político y denuncia la situación de determinados colectivos. No dudo que serían años difíciles, pero el saber que formas parte de la historia, que con solo una guitarra y tu voz, que es lo único que tienes, puedes alentar a las masas y hacer tambalear una dictadura… bien vale la pena vivirlo, aunque hubiera que correr perseguido con la guitarra bajo el brazo y pasar la noche en el calabozo.

“You and I must fight for our rights
You and I must fight to survive”  

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