jueves, 16 de junio de 2011

JUST FEEL THE MUSIC

Sí, esto es un blog más hablando de música. No es el primero ni, por suerte, el último. Siempre que haya alguien que exprese lo que siente cuando la escucha, significará que el espíritu de ésta sigue vivo, y que alguien más llegó a entenderla.

                   ¿Por qué ella? Pues muy sencillo y muy complicado a la vez. Tan fácil como poner la aguja sobre un vinilo y que las RPM (Revoluciones Por Minuto), o darle al ON en tu reproductor, te muestren una melodía. Tan difícil como encontrar el vinilo y el momento adecuado para que esa canción, ese artista, entre por tus oídos y, sin pedir permiso ni controlarlo, altere tu ritmo cardíaco y tu estado emocional. Ese momento en el que cierras los ojos y te sientes libre de cualquier pensamiento ajeno a la letra de lo que escuchas… Ese instante en el que te das cuenta de que es uno de los sentimientos más puros que vas a vivir en esta vida.

                   La música es un ente invisible al alcance de todos, que se hace visible tan solo para unos pocos. Para aquellos con un nivel sensitivo extremadamente delicado. Es capaz de hacerse tan nítida en tu nebulosa cerebral, que eres capaz de darle forma y rozarla con la punta de los dedos. A veces tiene forma de lluvia de mariposas de papel y te hace despertar sollozando entre miles de personas. Otras, simplemente es un vinilo de tu niñez o un CD de la adolescencia que evocan tardes y tardes viéndolos girar en el aparato junto a un viejo póster de los Dire Straits pegado en la pared. Es la magia de la música, te muestra lo que el ser humano es capaz de sentir con un puñado de notas. Y es que solo hay que dejarla fluir.

                   ¿Por qué anclajes músico-emocionales? Un anclaje es la asociación automática producida entre un estímulo y una respuesta emocional. Éstos se producen a través de los sentidos y, por lo tanto, pueden ser visuales, auditivos, kinestésicos, olfativos o gustativos. O bien una mezcla de algunos de ellos. Anclaje es por ejemplo mirar al cielo y recordar que un día dejaste de lado tu corazón de letras por un cerebro científico que te diese una explicación racional de todo lo que ocurre. O simplemente, pasar por el lugar donde diste tu primer beso y sentir el olor a primavera en pleno invierno. Hay tantos anclajes como instantes vividos por una persona. Millones.

                   Para mí, la música es el más potente estímulo que tengo para crear mis propios anclajes. Por suerte o desgracia (ya que en ocasiones rozas el exceso, te ven cara de gafapasta, y te preguntas por qué no te habrán gustado a ti también las pachangueras…), mi cerebro asocia cada instante de mi día a día con una canción. Algunas veces son clásicos (la mayoría) y otras son novedades que acabo de descubrir.

                   El propósito de este blog no es más que dar a conocer, o simplemente rememorar, esas canciones que son capaces de hacerte ver todo lo que llevas dentro. Esas que no importa lo que quiera decir la letra literal. Esas que quién sabe por qué, te trasladan a un recuerdo tan recóndito como nítido a la vez.

                   Bienvenidos a la B.S.O. de Mi Vida.

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