miércoles, 28 de septiembre de 2011

ÁRA BÁTUR

¿Sabías que solo hablo de tí?
Procuro hacerlo además.
Se lo cuento a quien no me escucha,
A todos aquellos que no me entienden
Y les digo cómo eres,
Lo que me haces sentir.
Cuestiones que solo yo puedo entender
Y que tu puedes afirmar.

Entre poemas musicales  de Sigur Ros y poetas bohemios cuyo nombre no recuerdo.

lunes, 26 de septiembre de 2011

YOUR EYES

Una pena no haber podido verlos en el FIB.... (supongo que coincidirían con algun cabeza de cartel, y todavía no habían sacado el pedazo cd que se han marcado).

GRANDES, GRANDES, GRANDES.

viernes, 23 de septiembre de 2011

"There isn't theory, only listen"

No soy una palabra, ni siquiera una frase. No tengo una descripción fácil.

Soy el grito ahogado que sale de tu garganta cuando sientes que mueres por dentro.
Soy el susurro de las palabras que nunca dijiste y que el viento arrastró a la nada.
Soy la onda de sonido que se expande por el espacio conectando tu melodía con el universo.

Porque soy como el aire, tan pronto lo haces tuyo como lo desechas.
Porque puedes jugar a hacerme sentir que lo soy todo, y de repente nada.

Porque solo es necesario para entenderme algo tan sencillo y complicado como mirar al cielo y escuchar…

miércoles, 21 de septiembre de 2011

A MOVEMENT

Que empiece a llover, a llover fuerte.
Que la tierra se haga barro y grandes charcos en los que saltar. Poder chillar hasta notar cómo se desgarra el alma.
No quieras buscar cobijo, qué cojones, quítate esa cómoda coraza que es vivir en el no querer darse cuenta y deja que el agua se lleve arrastrando cada trozo de ti que se encuentra muerto en tu interior.
A lo lejos, entre las negras nubes, has visto un pequeño claro de luz: la Verdad. Sabes que significa el sacrificio de algo muy importante… pero qué importancia tiene cuando te das cuenta de que no representas nada.

lunes, 12 de septiembre de 2011

PARADISE

Algo bueno tenía que tener no pegar ojo y dormir escasas 3 horas...  al menos descubrí esto en Internet minutos después de que la estrenaran.

A parte de que mi muñeca dijo ayer basta y sudores me cuesta escribir, tampoco creo que sea necesario decir nada. Una letra SALVAJE. Es una de esas canciones que sientes que se metieron en tu cabeza y escribieron para ti, tal y como comenté en el post anterior.

Huele al momento exacto anterior a que llueva. Se avecina tormenta. 

So lying underneath the stormy skies
She said I know the sun's set to rise
It's gonna be paradise

jueves, 8 de septiembre de 2011

Walk of Life

Ayer me plantearon una cuestión bastante interesante, y es algo así como cuál es esa canción que solo puedes escuchar a determinada hora del dia. Está claro que identificamos cada una con un momento de nuestra cotidianeidad: algo alegre y bailable para las noches de juerga, algo clásico para despertar, rockero para animarte… Son canciones que abren todo su espectro de sensaciones en ese momento exacto. No sé, yo por ejemplo no me imagino despertando con el Give it away de RHCP (lo mismo me daría una taquicardia), pero sí es la mejor cuando estás por ahí de juerga cervecera…vaya subidón de adrenalina, de ganas de saltar, y por qué no, de causar algún pequeño destrozo J

Por alguna extraña razón (no tan inexplicable), las noches se suelen corresponder con los momentos más filosóficos y las canciones más sensitivas. Son las horas del dia en que ya ha acabado la jornada laboral, cuerpo y mente están a nivel relajación, la oscuridad cubre el cielo, y cuando más solo puedes estar. Todo eso condiciona a que tu estado anímico sea más vulnerable y predispuesto a sentir ese abanico de sensaciones que una canción te puede ofrecer. La asocias con determinadas experiencias o circunstancias, y la sientes tuya, como si la hubiesen escrito para ti. Pero, y he aquí lo extraño, puedes sentir la equivalencia entre tus sentimientos y la melodía, pero que la letra hable de cosas totalmente distintas. O que la letra se corresponda, pero la melodía te descoloque. Si encontráis la combinación perfecta, ahí está vuestro dios, el que ha sabido tocarte la fibra con cuatro míseras notas y palabras. ¿Qué hay más grande que eso?

En fín, la canción que solo soy capaz, no solo de escuchar en un determinado momento del dia, sino en determinados momentos de mi vida, es el Walk of Life de Dire Straits. Aglutina importantes recuerdos de infancia, adolescencia y madurez, y es tan especial como que tiene que ser sentada sobre la cama con los rayos de sol de una media tarde de verano atravesando la ventana, y con cierta guitarra sonando en la habitación de al lado. Por circunstancias de la vida son hechos no muy asiduos para mí, pero eso precisamente hace de la canción el doble de especial. Sobre todo el hecho de que me prometí escucharla solo cuando esos requisitos se dieran, y hace ya como… muchos años que no la escucho.

P.D.: Mocedades a las 2 de la madrugada también tiene su encanto.

jueves, 1 de septiembre de 2011

It's my party

Es mi fiesta, y lloro si quiero. Lloro porque no quiero seguir cumpliendo años. Qué más da si son 25, 30 o 65.

Quiero cerrar los ojos, y cuando los vuelva a abrir, ser otra vez la niña que corría a casa después del colegio en busca del bocadillo de chocolate (blanco por supuesto) que había sobre el microondas, pasar la tarde en la vieja vía de tren, meterme entre las zarzas a coger moras y volver a cenar llena de magulladuras. Jugar con el barco pirata y el poblado indio de los Playmobil, y si había suerte, con alguna muñeca que hubiese sobrevivido a las garras de mi hermano.

Quiero que mi cumpleaños vuelva a ser una merienda en el patio con una mesa llena de niñ@s mirando embelesados sandwichs de nocilla, dulces y chucherías. Salir a la calle a saltar la cuerda o bailar el aro. Y que mama me ponga un vestido nuevo con un kiki enorme en el pelo.

Esos son los cumpleaños que hacen ilusión. De repente te paras a pensar en qué momento acabó todo aquello, y te das cuenta que fue la estúpida adolescencia que te hizo decir que ya eras mayor para esas cosas. Y así, poco a poco, desapareció de un plumazo. Desapareció la ingenuidad de la edad en que no importaba cuántos años cumplieses, solo que ese día podías hacer lo que quisieras porque era tu día, y lo unico que querías era trastear y reír porque eras feliz con tu nueva bici BH.

Se apagaba la luz y veías venir una tarta llena de velas mientras todos te cantaban. Me daba tanta vergüenza sentir todas esas miradas, que soplaba corriendo sin pedir ningún deseo. Solo quería correr y salir a la calle a jugar otra vez.

Así que, como todavía no he podido comprobar si los deseos en día de cumpleaños se hacen realidad, voy a hacer la prueba. Compraré un muffin de chocolate y velas a la vuelta del trabajo, y en mi habitación, envuelta en mis recuerdos pegados a la pared, cerraré los ojos y apretaré los dientes todo lo que pueda pensando en mi deseo.

Siento que es la primera vez que voy a tener todo el tiempo del mundo para pensarlo,  sin miradas ni cánticos, así que cuando lo tenga, abriré los ojos y soplaré mis velas. Quizá no haga falta romper con las leyes de la física y retroceder en el tiempo.