jueves, 8 de septiembre de 2011

Walk of Life

Ayer me plantearon una cuestión bastante interesante, y es algo así como cuál es esa canción que solo puedes escuchar a determinada hora del dia. Está claro que identificamos cada una con un momento de nuestra cotidianeidad: algo alegre y bailable para las noches de juerga, algo clásico para despertar, rockero para animarte… Son canciones que abren todo su espectro de sensaciones en ese momento exacto. No sé, yo por ejemplo no me imagino despertando con el Give it away de RHCP (lo mismo me daría una taquicardia), pero sí es la mejor cuando estás por ahí de juerga cervecera…vaya subidón de adrenalina, de ganas de saltar, y por qué no, de causar algún pequeño destrozo J

Por alguna extraña razón (no tan inexplicable), las noches se suelen corresponder con los momentos más filosóficos y las canciones más sensitivas. Son las horas del dia en que ya ha acabado la jornada laboral, cuerpo y mente están a nivel relajación, la oscuridad cubre el cielo, y cuando más solo puedes estar. Todo eso condiciona a que tu estado anímico sea más vulnerable y predispuesto a sentir ese abanico de sensaciones que una canción te puede ofrecer. La asocias con determinadas experiencias o circunstancias, y la sientes tuya, como si la hubiesen escrito para ti. Pero, y he aquí lo extraño, puedes sentir la equivalencia entre tus sentimientos y la melodía, pero que la letra hable de cosas totalmente distintas. O que la letra se corresponda, pero la melodía te descoloque. Si encontráis la combinación perfecta, ahí está vuestro dios, el que ha sabido tocarte la fibra con cuatro míseras notas y palabras. ¿Qué hay más grande que eso?

En fín, la canción que solo soy capaz, no solo de escuchar en un determinado momento del dia, sino en determinados momentos de mi vida, es el Walk of Life de Dire Straits. Aglutina importantes recuerdos de infancia, adolescencia y madurez, y es tan especial como que tiene que ser sentada sobre la cama con los rayos de sol de una media tarde de verano atravesando la ventana, y con cierta guitarra sonando en la habitación de al lado. Por circunstancias de la vida son hechos no muy asiduos para mí, pero eso precisamente hace de la canción el doble de especial. Sobre todo el hecho de que me prometí escucharla solo cuando esos requisitos se dieran, y hace ya como… muchos años que no la escucho.

P.D.: Mocedades a las 2 de la madrugada también tiene su encanto.

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