jueves, 29 de diciembre de 2011

AMBIGUITY



Para los que están de resaca navideña y para los que Papa Noel se adelantó y nos trajo un paquete “urgencias+jódete una semana”. Estos días por algún motivo u otro son nostálgicos, por no decir deprimentes. Y eso que este año el tiempo acompaña y no es la típica estampa de manta en el sofá viendo cómo nieva por la ventana.

El caso es que quieras que no, apetece escuchar esas canciones melancólicas que no sé si te hunden más o simplemente te remueven por dentro. Y yo me he enamorado de su sencillez, su pureza y su espontaneidad. Así es Ambiguity.

Es como “voy a preparar una pizza”. Cojo la base y le voy añadiendo complementos al gusto. Nada más personal, una pizza dice mucho de uno (una suave y delicada carbonara, un rudo barbacoa, una exótica hawaiana, un picante pepperoni… al que espero no encontrarme). En fin, aquí el muchacho parte de unas bases (no amasadas) melódicas, generalmente a guitarra, que va sampleando y utilizando a su antojo con un pedal loop. Un aparatito para jugar con el sonido que debes saber utilizar bien para no caer en el frikismo. Sus tres dioses: John Frusciante, Omar Rodríguez y Josh Klinghoffer. El tipo define su base y va añadiendo ingredientes, que lo mismo son el ruido de una maquinica que el golpe de la pata del micro contra el suelo. Y esas capas se van montando y desmontando como una ráfaga de aire se forma y desaparece.

Es digna de admirar la espontaneidad e improvisación musical de David Thomas Broughton. Resulta que graba sus discos en una sola toma, que al comienzo de sus actuaciones en directo no tiene claramente definido que elementos utilizará, y que la longitud de las canciones dependerá del sentimiento del momento. Vamos, un jodido genio de la conversión de lo sencillo y cotidiano en grandeza. Que yo de mayor voy a ser músico y voy a tocar el palo del micrófono, vaya.

Tíos como éste te hacen pensar que la naturaleza es muy injusta, o nosotros muy vagos para no desarrollar esa creatividad. En fin, que si algún día estáis por Londres, muy gustosamente os atenderá en la centralita de atención al cliente de la red de transportes. Y sí, su voz se parece a la del cantante de Anthony & The Jhonsons, pero no se lo mencionéis porque evita la fama y las comparaciones. Él es así, con la pureza de la inocencia del que todavía no ha sido machacado por discográficas comerciales y tiene la música como un hobby.

Excepcionalmente, esta vez cuelgo dos vídeos. El primero, de su actuación en Los Conciertos de Radio 3, para aquellos que buscan un sonido más perfeccionado. El segundo, una tarde en un bar, para los que quieran ver la magia, el “estoy más a gusto que un arbusto”.

Mi regalo de Navidad, 8 minutos de buena música. Feliz Navidad y Feliz Año 2012.


jueves, 1 de diciembre de 2011

YER SPRING


Hoy es uno de esos días en los que das gracias a la vida por esos momentos mágicos que aparecen de donde menos y cuando menos lo esperas. Te das cuenta de la suerte que has tenido de toparte ahí, en ese preciso instante y de la forma más involuntaria con ello. Y que no sabes cómo has podido vivir sin ello.

Una mañana cualquiera decides escuchar la radio en lugar de tu lista de Spotify o iTunes, giras la rueda intentando sintonizar… y ahí está. Ni siquiera sé qué emisora era, pero han bastado dos acordes para saber que era algo grande. Qué grandes momentos ha dado y da la radio, y que olvidada la tenemos. Hoy le daría una patada a todas las tecnologías y me acurrucaría pegada a ella para escucharla (cuanto más antigua mejor, a algun@s nos gusta ese sonido sucio).

Bendita Canadá, que ha parido a los grandísimos Arcade Fire, y a Hey Rosetta, a quienes os presento ahora. No sé si al igual que hay un estilo british de bandas, también lo hay canadiense. Lo digo por ese aire Amish, granjero, de muchos componentes y mucha cuerda. No creo que sea una imitación a Arcade Fire porque en sonido no se acercan ni de lejos, así que me decanto por una nueva corriente “estilo Canadá”. Vamos, otro país que produce imprescindibles como Finlandia, Suecia o Reino Unido (qué tendrán en la sangre oye).

En fin, que una vez más me alegro de tener mi libreta a mano y los mil papeles pegados a la pared. Al final ha resultado ser Yer Spring, del álbum Seeds, que salió a la venta en febrero de este productivo 2011. Para mí, perfecta, mezcla de sonidos, de estilos, de tiempos, de modos vocales… Brillante. Con lecciones de vida incluidas:

“But while everything is blooming
You know the wilting always waits
To steal away your body
To steal away your brains”

Sumergida me hallo en más canciones suyas, tienen 3 discos.